jueves, 25 de septiembre de 2014

El PP de Granada invoca 

la Constitución actual del 78

para que un hospital no lleve

 el nombre de un médico republicano



La propuesta de la consejera de Sanidad de la Junta de Andalucía, María José Sánchez Rubio, de que el nuevo hospital granadino, en el que el Servicio Andaluz de Salud ha invertido 66 millones, se llame Alejandro Otero, se fundamenta en el compromiso social de aquel médico,  catedrático de Ginecología, rector de la Universidad y creador del Hospital Clínico. “Fue una persona comprometida con la sanidad pública y un gran impulsor de la asistencia sanitaria en esta tierra”, evoca la consejera Sánchez.

El médico Alejandro Otero Fernández fue un hombre bueno y un profesor eminente. Catedrático de Medicina, especialista en ginecología y rector de la Universidad de Granada, construyó y dotó el Hospital Clínico Universitario de esta ciudad durante la II República y combatió con la extensión de los servicios de ginecología y obstetricia la mortalidad infantil y las altísimas tasas de muerte de mujeres en los partos que afectaban a la clase trabajadora y a las gentes más humildes de la provincia granadina.

El doctor Otero murió en 1953 en el exilio, en México, donde prosiguió su labor y pudo organizar una red sanitaria para ayudar a los más de 10.000 refugiados republicanos españoles que arribaron al país hermano en 1939 y 1940, gracias a la ayuda y a la solidaridad del pueblo mexicano y de su presidente Lázaro Cárdenas.

“Es una cacicada y un desprecio a la voluntad de Ganada”, dice el parlamentario andaluz y portavoz de sanidad del PPRafael Vicente Valero Rodríguez, quien no duda en apelar a la Constitución de 1978 –la de “la convivencia y la reconciliación”, dijeron– para reafirmar el rechazo personal y de su partido.

Su correligionario Sebastián Pérez, presidente de la Diputación de Granada, también considera que la memoria del doctor Otero no vale para designar un hospital “porque era un socialista”. 

Ciertamente el doctor Otero era socialista y republicano, salió elegido concejal para el Ayuntamiento de Granada en las elecciones locales del 13 de abril de 1931 y obtuvo 59.058 votos en las elecciones generales del 26 de junio como diputado por Granada a las Cortes Constituyentes, de las que formó parte hasta las elecciones de 1933. 

Otros eminentes médicos de ideario democrático, socialista y liberal, firmes partidarios del modelo de Estado republicano, como Gregorio Marañón Posadillo, también fueron elegidos diputados. Marañón era de Jódar (Jaen), tenía un año más que Otero y fue elegido diputado por Zamora con 24.976 votos.

Ni siquiera los franquistas amoldados a la democracia a través de la Alianza Popular y la Coalición Popular de Manuel Fraga Iribarne rechazaron que el nombre de Gregorio Marañón designase el antiguo hospital provincial y hospital universitario a la vez, en Madrid, por cierto, uno de los centros sanitarios públicos mejores de Europa, cuando la entonces consejera madrileña de Sanidad, María Gómez de Mendoza, propuso honrar la memoria del eminente médico e intelectual en el año 1987

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